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 | |  Utilizan a liceístas como “narcomulas” y vendedores de drogas | |
CORDERO ESTADO TACHIRA VENEZUELA
REGIONALES: SUCESOS
Vie 15 Jun 2012 [8:50 AM]
La policía está tras la pista de los pandilleros que seducen a los liceístas para obligarlos a transportar y vender drogas y alucinógenos.
La incidencia de niños y adolescentes, sobre todo escolares y liceístas, de ambos sexos, en distintos hechos delictivos, preocupa sobremanera a las autoridades regionales, quienes, conscientes de que son manipulados por adultos, se encuentran tras la pista de estos delincuentes.
Recientes declaraciones ofrecidas por el coronel Hernán Hómez Machado, comandante del Desur de la Guardia Nacional, en relación al desmantelamiento de seis bandas delictivas, que dio como resultado la aprehensión de 24 de sus integrantes, dan cuenta de que dos de los detenidos son niños de apenas 12 años y los restantes son adolescentes, hasta los 17 años, situación que ha encendido las alarmas en todos los ámbitos.
En este particular, manifestó Hómez Machado que en tres procedimientos que practicaron en estos últimos días capturaron a mujeres, de entre 15 y 17 años, que están siendo utilizadas por los inescrupulosos para perpetrar delitos distintos.
 Coronel Hernán Hómez Machado, comandante del Desur-Táchira.
— No precisamente estas jóvenes son utilizadas de manera inconsciente, pues ellas están al tanto de lo que están haciendo, bajo la premisa de que van a obtener beneficio económico. Más bien, diría que son manipuladas para que vendan y distribuyan droga en las adyacencias de los liceos. Y también son empleadas para captar o deslumbrar a las potenciales víctimas, ya sean masculinas o femeninas, a las que con coqueteos y otras artimañas llevan hasta un sitio específico, donde aguardan los compinches, para atracarlos. Los que esperan y cometen el delito son adultos, que despojan a las víctimas de celulares, prendas y dinero. Ya estamos tras la pista de ellos— explicó el coronel Hómez.
Refirió el jefe militar que hace apenas unos días, una liceísta de 15 años fue detenida en Santa Teresa, cuando junto con un adulto se movilizaban en un vehículo. Les decomisaron varios envoltorios de droga.
“En los teléfonos celulares de esta adolescente se evidenció que era la encargada de llevar y cobrar la droga que el adulto negociaba, por envoltorios, con sus “clientes”. En otra modalidad de microtráfico de droga, algunas estudiantes, bajo amenaza, son obligadas a llevar y vender la droga dentro de sus liceos, aunque unas lo hacen de manera voluntaria; es por ello que, conjuntamente con el Cicpc, se iniciaron las investigaciones que permitan identificar a los cabecillas de estas redes”.
Otra situación alarmante, que también tiene que ver con la participación de menores de edad, en su mayoría estudiantes, se refiere al porte ilícito de arma de fuego.
“Hemos detenido también una gran cantidad de adolescentes por porte ilícito de arma de fuego. Solamente en los últimos dos fines de semana, siete fueron detenidos. Se desmanteló una banda integrada por jóvenes entre los 12 y 16 años, y solo uno de ellos no estudiaba, los demás son estudiantes”.
A juicio de Hómez Machado, es momento de que no solo las autoridades tengan conocimiento y pongan freno a situaciones tan delicadas como las descritas. Afirma que es necesaria la participación de la comunidad educativa, que implica a los profesores y una mayor intervención de los padres en la vida de sus hijos. “Es hora de responsabilizarse”.
“Definitivamente, los padres y representantes deben abocarse a interesarse más por saber de dónde provienen los recursos u objetos con los que sus hijos llegan a la casa. Cómo obtienen objetos ostentosos estos muchachos, si no trabajan y los padres apenas pueden costearles los estudios. De dónde sacan teléfonos celulares, zapatos de marca, dinero en efectivo; en fin, debe existir mayor presencia de la familia. Averiguar dónde y con quién están sus hijos, cómo van en el liceo o colegio, sobre todo si su comportamiento ha cambiado”.
—Podríamos decir -añadió- que esto que está ocurriendo forma parte de la violencia escolar, porque no solo lo hacen por obtener recursos económicos, sino por la motivación por parte de otros alumnos, que van socavando sus voluntades para llevarlos a participar en hechos que van en contra de un comportamiento social adecuado—.
“Tanto así, que hay alumnos que intimidan a otros para que no entren a clase, alteren el orden público e incluso roben a los mismos compañeros de clase”.
En conclusión, refirió Hómez, la reiterada participación, que va en incremento, de estudiantes en hechos delictivos, debe llamar la atención, a la reflexión y actuación de toda la sociedad. La criminalidad no discrimina, y ya no son solo los jóvenes que no cursan estudios los que están propensos a delinquir, precisamente llevados, en cierta manera, por el ocio. Sostiene que la mayor parte de la responsabilidad proviene de la familia y de los valores que se les inculcan al niño y al adolescente. El saber qué influye para que un pequeño de apenas 9 años, como ocurrió recientemente en San Josecito, tenga acceso a droga y que, además de ello, la lleve a su escuela dentro del bolso escolar. Es digno de ser analizado y de prestarle mayor atención.
FUENTE: DIARIO LA NACION | |
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