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 | |  Hoy se venera a la Virgen de la Consolación | |
CORDERO ESTADO TACHIRA VENEZUELA
REGIONALES: RELIGION
Miér 15 Ago 2012, [2:20 PM]
Romería de la Virgen de la Consolación, patrona del Táchira, de la Catedral a la Basílica, el quince de agosto.
Tras la serenata a medianoche, misas de indulgencia cada hora, el viaje de la Virgen a la Catedral y su regreso en romería hasta la avenida 1 de Táriba, donde monseñor Moronta, obispo de la Diócesis, presidirá a las diez de la mañana la misa pontifical en su honor, este miércoles se celebra el día de Nuestra Señora de la Consolación, la patrona del Táchira, una devoción que tiene 442 años.
Hay varios momentos importantes en esta fe y de ella habla el presbítero Edgar Sánchez, vicario de la Basílica Nuestra Señora de la Consolación e historiador. La tabla que contiene la Virgen, de veintiún centímetros de ancho por treinta y uno de alto, tiene 442 años de haber llegado a Táriba. 412 años tiene el llamado “Milagro de la Renovación milagrosa de la imagen”, y el relicario está cumpliendo 325 años de haber sido donado por el primer venezolano obispo, nativo de San Cristóbal, Gregorio Jaimes de Pastrana y Bazán.
Por otra parte, hace cuarenta y cinco años, cuando fue la coronación canónica de la Virgen, la imagen pasó por el puente colgante Libertador, por donde pasará hoy para llegar a la avenida 1 de Táriba; la imagen lleva el tricolor nacional por la Orden del Libertador que le impuso en 1997 el presidente Rafael Caldera, con motivo de los 450 años de la fundación de Táriba.
El presbítero Sánchez hizo un poco de historia de esa devoción, informando que la fecha es el quince de agosto, porque fue ese día de 1600 que ocurrió la “renovación milagrosa”, y los quince de agosto la Iglesia celebra la Solemnidad de la Asunción de la Virgen, cuando “es llevada al cielo en cuerpo y alma”.
El vitral representa la llegada de los misioneros Agustinos a Táriba, en 1560, a su paso por el río Torbes.
Contó de su investigación que los historiadores señalan a 1547, como el año de la “entrada de Táriba en la historia”, por cuanto los frailes Agustinos habían establecido su centro de misión en la Villa de San Cristóbal y decidieron cruzar el río Torbes. Llegaron a Táriba en 1570, llevando consigo una tabla donde estaba pintada una imagen de la Virgen María, la cual colocaron en una ermita que construyeron.
Debido a los enfrentamientos entre los nativos, los misioneros tuvieron que regresar y dejaron la tabla con la imagen, la cual recogió para conservarla una indígena que se había convertido al cristianismo. No obstante, la imagen con el tiempo fue perdiendo color y fue arrinconada.
“El jefe encomendero de Táriba era Alonso Álvarez de Zamora. Un día se estaba llevando a cabo un juego de bolas criollas en su casa y ante la necesidad de algo para cubrir un boquete en la cancha, dieron con una tabla en el granero. Cuando buscaron ajustarla a la medida, la tabla resultó muy resistente y ante los golpes emitía sonidos como de tambor. La esposa de Zamora, atraída por el sonido, se acercó, vio lo que estaban haciendo e hizo saber que dicha tabla había contenido una imagen de la Madre de Dios. La tomó y la colocó de nuevo en el granero. Tres horas después, notaron que el granero ardía y al entrar, observaron un resplandor que brotaba de la tabla, en la que aparecía muy bien delineada una imagen con vivos colores. Era la Virgen, además, su cara había tomado forma de la mujer indígena de la comarca del Torbes”.
—Las crónicas dan como fecha de la renovación milagrosa el 15 de agosto de 1600, y desde esa fecha la imagen de la Virgen conserva sus colores originales.
La Basílica y los símbolos
El sacerdote cuenta que después de ese quince de agosto de 1600, uno de los espacios de aquel almacén fue convertido en hospicio para albergar la imagen renovada. Hay referencias -dijo-, de 1602, de la existencia de una capilla, pequeña y de bahareque; en 1625, fray Pedro Simón habla de una “devotísima ermita” que servía “de casa” a la Virgen de Táriba. Es a partir de 1678 que comienza a transformarse en una capilla de tapias (bahareque), con techo de teja, sacristía y una casa anexa.
Indicó que Táriba fue erigida en parroquia en 1804, y la capilla, que ostentaba la categoría de “templo parroquial”, la comenzaron a remodelar, hasta 1848, cuando la terminaron. En 1904, con motivo de los cien años de fundada, el presbítero Miguel Ignacio Briceño inició la construcción del nuevo templo, el cual fue solemnemente consagrado el trece de enero de 1911.
En octubre de 1959, debido a la sorprendente historia de fe y devoción, el papa Juan XXIII concedió al templo la dignidad de Basílica Menor, mediante el Breve Pontificio “Solacium ac levationem”. El Escudo de Armas de la Basílica tiene como lema la inscripción latina “Quae Consolatur Nos”: Aquí la que nos consuela; lleva un arco indígena con sus respectivas fechas, rindiendo así un especial reconocimiento a la fe de nuestros antepasados.
En cuanto a los símbolos, el padre Sánchez relata que desde 1687, la tabla que contiene la imagen de la Virgen está custodiada en un relicario, donado por Gregorio Jaimes de Pastrana y Bazán, obispo de Santa Marta (Colombia), nacido en la Villa de San Cristóbal y el primer venezolano en ostentar la dignidad del episcopado.
A los pies del la Virgen fue colocada una media luna, en referencia al Libro del Apocalipsis, obsequiada por el general Cipriano Castro, el primer tachirense presidente de la República; sobre la Virgen está la corona, que representa la coronación canónica de la imagen, y que fue obsequiada por el pueblo tachirense y los devotos a ella.
VIA: DIARIO LA NACION | |
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Dom 25 Ago 2019, 1:29 am por 
